Nomad Studio: La vida en autocaravana es posible
Antes del coronavirus, cuando casi ni sabíamos de su existencia, Eli y Carlos desarrollaban un proyecto apasionante mitad Nomad, mitad Studio
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.”. Michel de Montaigne
Artistas
El artista
Luis Salaberría (Málaga, 1965) mezcla en su proceso creativo cultura, investigación y un refinado talento creativo. Sus cerámicas esculturas continúan la tradición de autores españoles como Artigas, Picasso, Miró o Barceló. Aunque sus inicios fueron en el dibujo y la pintura, empezó en la cerámica para investigar en escultura. «Ahora soy más pintor que nunca trabajando los colores y las manchas con los esmaltes y los óxidos«.
La colección presentada en Alquián & Hóptimo son jarrones esculturas realizadas en cerámica durante 2017. «Forman parte de una serie que empecé a trabajar el año pasado y que tenían como referencia búcaros y piezas de decoración de estilo Rococó reinterpretadas, con referencias al arte bruto y ciertas prácticas surrealistas relacionadas con el inconsciente«.
Ese proceso inicial degeneró y las esculturas han acabado teniendo un aspecto que recuerdan al vestuario y maquillaje de los payasos. Pero de payasos raros. «Como en otros trabajos míos, la frontera entre lo agradable y lo abyecto se desdibuja. Coulrofobia es el miedo irracional a los payasos, y pensé que sería un buen título para esta serie. Un objeto, un lugar, una situación o una persona pueden producir en ciertos individuos o momentos asco o miedo, y en otros ternura, o incluso deseo. A mí me ocurre lo mismo con estas piezas«.
«Mientras las realizaba releí “Matadero 5” de Kurt Vonnegut. Y creo que algo de la novela ha quedado en ellas. Algo “trafalmadoriano”, entre alucinado, divertido y triste a la vez«.
Alquián & Hoptimo es un lugar excelente para mostrar estos trabajos por su apariencia de gabinete de ciencias y curiosidades naturales. «Mis jarrones y esculturas tienen algo de monstruoso, como esos seres deformes disecados o embotellados en formol, que se regalaban los reyes europeos en el siglo XVIII y que acababan expuestos para el asombro, entre excitado y aterrado, de los cortesanos«.