Yin Yoga en torno a la meditación (y más)
Cada cierto tiempo ‘se inventa’ un nuevo estilo. A quienes huyen de las modas, les diremos que se acerquen al Yin Yoga porque verdaderamente es un regalo
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.”. Michel de Montaigne
Experiencias
No importa si nos dan calabazas, porque, como veremos a continuación, esta humilde hortaliza cucurbitácea nos aporta muchos beneficios gracias a sus propiedades nutritivas y medicinales, y nos nutre de vitaminas, antioxidantes y minerales esenciales como fósforo, magnesio, hierro, potasio, zinc y cobre, entre otros. Nos aporta el 35% de betacaroteno o provitamina A de la cantidad diaria recomendada, el 15% de vitamina C y el 10% de vitamina E. Nos proporciona también vitaminas del grupo B, como el ácido fólico, y B1, B2, B3 y B6 para nuestro sistema nervioso.
– Sistema nervioso
Todas estas vitaminas del grupo B, junto con el magnesio que también contienen las calabazas, funcionan como un potente antidepresivo. Además, nos aportan L-triptófano, un antidepresivo natural que aumentará nuestra serotonina, y, por tanto, dormiremos mejor y mitigaremos nuestra ansiedad y nuestro estrés.
– Sistema digestivo
Todos los alimentos de color naranja son excelentes para el aparato digestivo. En concreto, la calabaza gracias a su fibra y a su alto contenido en agua, nos ayudará contra el estreñimiento. Es un alimento vermífugo, y combatirá parásitos intestinales. Ayuda a limpiar el colon de toxinas y resulta muy útil en el tratamiento del síndrome del colon irritable. También alivia molestias de gastritis y gastroenteritis. Además, la calabaza nos ayuda a adelgazar y a eliminar grasa corporal y retención de líquidos. Es baja en calorías (unas 25 por cada 100 gramos), y saciante. Sus hidratos de absorción lenta nos ayudan a mantener estables nuestros niveles de azúcar en sangre. Es todo un bálsamo digestivo gracias a su poder anti-inflamatorio del intestino. Diurética y laxante, no puede faltarnos en nuestra dieta de otoño. Recordemos que uno de los órganos relacionados con esta estación, según la Medicina Tradicional China, es el intestino grueso, junto con el pulmón.
– Sistema urinario
Ya hemos mencionado su poder diurético contra la retención de líquidos, gracias al potasio que nos aporta. La cucurbitita mejora el funcionamiento de la vejiga y favorece la salud renal y ayuda a prevenir cálculos renales.
– Corazón
Por su aporte de magnesio, vitaminas A y C y carotenos, favorece la salud del aparato circulatorio y previene enfermedades del corazón y la aterosclerosis. El ácido fólico además de beneficiar a nuestro sistema nervioso, protege nuestro corazón al neutralizar la homocisteína, cuyos niveles elevados pueden ser responsables de ataques cardiacos; y sus fitoesteroles ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL.
– Cáncer
Puede brindar protección contra ciertos tipos de cánceres. El licopeno protege nuestros pulmones, estómago, vejiga y cuello de útero; y previene también inflamaciones de próstata.
– Piel
Las calabazas son una gran ayuda para mantenernos joviales, tanto por dentro como por fuera. Es un alimento lleno de antioxidantes que lucharan contra nuestros radicales libres: alfacarotenos y betacarotenos -que se transformaran en vitamina A- y vitamina C. Su pulpa resulta muy beneficiosa ante quemaduiras y escozores.
– Visión y audición
Nombramos de nuevo a los betacarotenos, esenciales para la vista y para nuestra salud ocular; previenen cataratas y pérdida de visión por degeneración de la retina. No pueden faltar en las dietas de estudiantes y de toda persona que trabaje frente a pantallas del ordenador. También previene la sordera, gracias a sus carotenos y su vitamina A.
Cómo consumirla
Podemos beneficiarnos de todo ello tomando tanto la pipas de calabaza como la pulpa. Las pipas solas o con ensaladas, mueslis, copos de maíz, con frutas frescas o frutos secos, o en barritas de cereales; y la pulpa en cremas y sopas, al horno para realzar su dulzor, o acompañando a cereales integrales como mijo, amaranto o arroz –con almendras y piñones, ideal para días otoñales-. Una crema de calabaza para cenar, nos ayudará a dormir mejor. También en repostería, como el famoso pastel de calabaza que no habráfaltado en la mesa del Día de Acción de Gracias del pasado jueves de noviembre, y en tantos postres con cabello de ángel. También puede consumirse cruda, simplemente rallada e incorporada a ensaladas, o en zumos y batidos que ayudarán a nuestro tracto digestivo y a limpiar nuestros riñones.
De cualquier manera, la calabaza es una de las reinas de nuestras huertas y de nuestras mesas en esta época del año. Desde la receta de puré de calabaza de toda la vida, con un sofrito de ajo y cebolla, y puerro y calabaza, o las cremas de calabaza con lentejas, hasta las cremas de esta hortaliza con jengibre y canela, que además de exquisita resulta muy energética para estos días en que ya comienza a hacer frío, o las cremas de la cocina tailandesa de calabaza con leche de coco. Incluimos, a continuación, nuestra receta favorita de esta crema thai, para la que sólo se necesitan 400 gramos de calabaza, 4 zanahorias medianas, un poco de jengibre fresco, un vaso de leche de coco, una cebolla, un diente de ajo, y si quieres una consistencia más ligera, un vaso de caldo vegetal. En aceite caliente, coloca la cebolla picada junto con el jengibre en un wok o en una sartén honda, y deja que el aroma despierte tus sentidos. Añade una pizca de sal marina, la leche de coco y el ajo picado. Deja que hierva y añade las zanahorias y la calabaza cortadas en dados, y el caldo vegetal, si quieres, y deja cocinar a fuego medio durante 15 minutos. Después solo te falta batir y a continuación disfrutar, mientras todo tu organismo se beneficia de la humilde calabaza.
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* Mónica Domingo es diplomada en Naturopatía,
Nutrición y Dietética, y Terapias Manuales.
Más información en: Arriluze Terapias Naturales
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