Yin Yoga en torno a la meditación (y más)
Cada cierto tiempo ‘se inventa’ un nuevo estilo. A quienes huyen de las modas, les diremos que se acerquen al Yin Yoga porque verdaderamente es un regalo
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.”. Michel de Montaigne
Experiencias
Irati tiene nombre de bosque. Sí, de uno de los más especiales de España, en Navarra. Y cuando le preguntas por sus olores favoritos cita musgo, helecho, hojas, hongos, frutos… en definitiva, el bosque. Desde pequeña el olfato fue determinante y en la actualidad dirige Me Mi Mo Lab, un espacio de creación en el que invita a que este sentido fluya. Y así crea belleza.
Al preguntarle qué es, ella responde que muchas cosas a la vez. De lunes a viernes, desempeña un trabajo, como la mayoría, es decir, con unos horarios, unos resultados que alcanzar… Pero en esas otras horas que tiene el día y que cuando uno las dedica a lo que le apasiona cunden mucho, ella se dedica a su pasión, a su debilidad: los aromas.
Trabaja como consultora de políticas y financiación europea, pero también desempeña el bello oficio de creadora de experiencias a través de aromas. Ella comparte toda la formación y bagaje que ha buscado y construido de manera autodidacta, y también cerca de quienes más saben, para que otras personas, las que llaman a la puerta de su bonito laboratorio, tomen conciencia del poder del olfato. Y sobre todo, abran una puerta a un mundo muy estimulante y bello.
Irati vivió la infancia en el medio rural. Sus padres eran maestros y fue la oportunidad de residir en diversos pueblos, esencialmente del País Vasco. Ellos le animaron desde niña a cultivar la creatividad, a buscar un poquito más allá, a escuchar, mirar y oler de otra forma. La suya propia.
Irati afirma que lo que no se ve también tiene estética. Y lo que no se escucha. Que se puede crear arte a través de los olores. Por eso, imparte talleres para quienes quieren introducirse en el mundo de la perfumería. Para ellos y para quienes desean profundizar.
Dice que Madrid huele a cenicero y tiene razón. También asegura que la máquina del tiempo ya está inventada y que es precisamente el olfato. Cuando identificas un olor sientes lo que sentiste, es un recuerdo emocional. Es, además, una gran herramienta para contar historias.
Cuando le preguntamos por el olor que asocia a su infancia, piensa durante unos segundos y responde que al hogar de sus abuelos, que olía a polvos de maquillaje y a carmín rojo. Supo, tiempo después, que aquella casa antes fue un almacén de productos cosméticos. Y precisamente este olor, el de la barra de labios, a ella, a Irati, le permite conectar con una familiar que sufre demencia. Cuando lo percibe, se emociona.
No hay olores buenos ni malos, afirma. Si pasaste momentos felices, como los que ella vivió en casa de sus abuelos, asociarás esos olores con algo bueno. Porque los olores son una construcción social, les damos significado en función de lo que vivimos a través de ellos.
Señala que el olfato no tiene un vocabulario propio en Occidente. No se ha explorado ni creado un lenguaje para él. La solución pasa por asociarlo con otros sentidos. Y podremos decir, pensando en el tacto, en una textura, que es frío, rugoso. O quizá pensando en el gusto, que es dulce, ácido…
Aquí, en este pequeño texto, tan solo traemos un extracto de todo lo que esta mujer menuda sabe. Compartir con ella una de sus experiencias, sin duda, es enriquecedor y muy inspirador. Porque los olores nos hacen recordar, viajar, crear, vibrar…
Antes de despedir la charla con la creadora de Me Mi Mo Lab, nos intriga conocer su estación favorita. Dice que el otoño por el aroma a hojas descompuestas, tierra mojada, musgo y humedad. El bosque… Irati.