Restaurante Hortensio, siempre de 10
El excelente chef Mario Valles insiste en el buen producto para elaborar sus nuevas propuestas que, como es costumbre en la casa, jamás defraudan.
Menu abrir sidebar“El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”. Friedrich Nietzsche
Restaurantes
Cuando regresamos junto a los padres y cerca de los abuelos, todo sabe a casa. En nuestra antigua cama, dormimos como en ningún otro lugar y, en la mesa familiar, la comida sabe, efectivamente, a eso: a recetas amorosas. Algo parecido sucede en Tweed, un espacio elegante, pero con una cocina honesta y tradicional.
Es como el tejido del que toma nombre: elegante, cotidiano y que sienta bien. Que resulta cómodo y que no pasa de moda porque siempre es tendencia. El responsable de la carta es el chef José María Ibáñez, quien tras 12 años en Semon, deja su sello en especialidades con una impronta clásica. Por ejemplo, los Canelones Rossini, el Roast Beef con su guarnición o el Huevo escalfado con parmentier de patatas y salsa de trufa negra.
También, el salmón marinado al eneldo con patatas a la crema o el Arroz caldoso con almejas. Poco hay que inventar ni añadir, tan sólo es preciso cocinar con pasión, siguiendo el recetario tradicional.
Fritos de pixín con salsa tártara, Muslo de pintada relleno de foie con salsa de trufa, Ensalada de pularda confitada… Cualquier plato es una buena elección. Se miman los fondos y no se descuida el tiempo que precisa cada receta. También son muy recomendables las Habitas salteadas con butifarra negra; los Callos y los Escalopines de ternera con salsa de queso.
Ah, y el chef, de su paso por la mítica casa catalana, trae esa coca de calabacín y queso de cabra que despertaba y despierta suspiros. Solo por este bocado, merece la pena la visita. Por eso y por postres como la tarta de limón.
Sin olvidar, el servicio. Con un equipo atento y con esa sonrisa que con frecuencia es difícil de encontrar.