Porta 110, la belleza de lo esencial
Porta 110 ejemplifica cómo un diseño tan radicalmente moderno puede renovar un entorno histórico sin imitarlo.
Menu abrir sidebar“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”. Emily Dickinson
Diseño&Deco
No es fácil hablar de artesanía sin rendirse a la nostalgia. Henri Rousseau Forever es una instalación en la que la belleza de los objetos crea menos asombro que la relevancia contemporánea de las artesanías que los hacen. En este sentido, es el manifiesto de una nueva cultura de know-how europeo. Una en la que se utiliza la tecnología sin sufrirla. Y donde el talento, la destreza y la experimentación crean un amplio valor económico y social. Prueba de inteligencia artificial.
En este abstracto jardín de invierno, India Mahdavi rinde homenaje a Rousseau, el pintor francés post-impresionista conocido por sus ricas escenas de bosque. Lo hace usando ratán, un material natural que siempre ha amado y que ha usado en sus diseños durante mucho tiempo. Aquí, colabora con algunos de los pocos artesanos de ratán que quedan en Europa para crear hermosas sillas hechas a mano, máscaras y paneles de marquetería de ratán intrincados. A través de las manos de los artesanos, Mahdavi cuenta la historia de su relación con el ratán, y muestra cómo este material noble y tradicional puede transformarse en formas nuevas y sofisticadas. Estas hermosas creaciones de ratán están compensadas por un suelo de mosaico en blanco y negro, espejos a medida e iluminación dramática creada especialmente para esta exhibición por maestros artesanos italianos.
“Pensé que lo mejor que podía hacer era mostrar cómo la artesanía puede servir a la imaginación”, dice Mahdavi de su escenografía inmersiva. ‘No quería estar limitada por ninguna función, así que creé abstracciones de habitaciones. Quería crear un estado de sueño”.
La primera habitación, concebida como un jardín de invierno, presenta piso de mosaico neo-bizantino blanco y negro, de Scuola Mosaicisti del Friuli, envuelto por paredes de mimbre y espejo, y máscaras de ratán de François Passolunghi, mientras que la segunda habitación es un tocador redondo tapizado con una banqueta en tonos cromáticos de terciopelo verde que rodea su perímetro.