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Perfecto para aportar sabor y variedad en la mesaLevo, el ingrediente secreto
Un ‘gadget’ de cocina que permite infusionar aceites con precisión.
Un buen aficionado a la cocina no tendrá inconveniente en compartir sus recetas, pero disfrutará cuando a los demás no les salgan tan exquisitas como a él. El infusionador de aceite Levo es el secreto.
Los aceites infusionados aportan diferencia a los platos: un toque de ajo, de naranja, de calvo… Ese suave gusto que permite realzar el sabor distingue a los mejores chefs de cocina. Y también a los cocinillas, porque la personalización del aceite puede convertir lo más simple, como un queso o unas verduras a la plancha, en un plato especial con solo rociarlo con aceite de menta, de romero, de mandarina.
Levo es un gadget para tener éxito en la cocina, algo que no solo sirve para conquistar estómagos ajenos, sino también para cuidar del propio y disfrutar del placer de comer.
Su aspecto es el de una moderna cafetera, un artilugio que quedará perfecto en cualquier cocina.
El proceso de Levo
El Levo es muy sencillo de utilizar. Seleccionamos el producto que queramos infusionar: flores, setas, guindillas, ajo, clavo, laurel, vainilla, albahaca, cilantro, mostaza, cominos, nueces, canela, naranja, pimienta, jengibre, anís…, y lo ponemos en un compartimento cerrado. Luego añadimos el aceite elegido. El de oliva virgen extra siempre es la estrella, pero también podemos optar por otros más suaves como el de girasol o el de maíz, o bien añadir mantequilla para transformarla en un acompañamiento original o para untarla en panes y tostadas.
A continuación programamos el tiempo y la temperatura, según nuestra intuición, la experiencia o las recomendaciones de la página web de Levo Oil. Y listo: el aparato nos devolverá la mezcla perfecta, después de una precisa agitación magnética, sin pasarse de calor ni quedarse corto.
La sabiduría, la experiencia y la habilidad de cada cocinero permitirán elaborar el aceite más adecuado para cada plato. Las posibilidades son infinitas. Podemos infusionarlo con hierbas aromáticas, pero también darle sabor a cítricos, a marisco, a trufa… Unos aceites serán más indicados para ensaladas y verduras, otros para acompañar pescados, algunos resultarán adecuados para carnes, y también, claro, para chocolates, bollería y postres sofisticados (o que al menos lo parezcan).
Para ponernos creativos
Los aceites infusionados se pueden comprar, pero no nos harán sentir tan orgullosos como si los preparamos personalmente. La cocina es creatividad y con Levo nos pondremos imaginativos sin límite.
Además, los aceites comerciales no duran mucho en condiciones óptimas, por lo que conforme van apagándose sus propiedades pierden posiciones en la primera línea de nuestra despensa. Por el contrario, Levo permite preparar pequeñas cantidades.
Es cierto que también es posible elaborar aceites infusionados de manera manual, calentándolos en casa o macerando los ingredientes y filtrando el resultado, pero resulta más engorroso y menos preciso. Después del uso del Levo, sacamos los elementos y se lavan en el lavavajillas. Así de fácil.
Con este chisme controlamos todos los ingredientes, sabemos que no hay emulsionantes indeseados, ni colorantes, ni aromas químicos. Y podremos repetir nuestra mejor receta, tener nuestra fórmula magistral registrada, porque anotaremos exactamente el tiempo y la temperatura, para que siempre sean las mismas condiciones; o bien, jugaremos a variarlas para perfeccionar el sabor que estemos buscando.
Los aceites infusionados mejoran la capacidad nutricional de sus ingredientes, no solo el sabor, y facilitan la variedad en la mesa. Pero hay más, con el Levo podremos fabricar nuestros propios aceites terapéuticos, medicinales, de relax o de belleza, con almendras, romero, lavanda, camomila…
Puede ser divertido.
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