El hotel de Estrasburgo que no solo aman los parlamentarios
El Sofitel Grande Île, enclavado en el centro de la ciudad gala, fue el primero que la cadena de lujo abriera en el mundo.
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.”. Michel de Montaigne
Hoteles
En una ciudad acostumbrada al turismo de nivel como la capital guipuzcoana, no podía faltar un hotel a la altura. Es el caso del María Cristina, que hace poco más de un lustro alcanzaba los cien años. Con tal motivo, se mostró totalmente renovado, con una inauguración por todo lo alto, en la que no faltó un desfile de vestidos de época, de grandes nombres como Cristóbal de Balenciaga, Chanel, Balmain o Pertegaz, entre otros. Se da la casualidad, o la causalidad, de que cinco años después de su apertura, quien llegaría a ser el más célebre creador de costura, Balenciaga, abriría su casa muy cerca de este hotel, en el número 2 de la calle Vergara.
No tengo reparo alguno en afirmar que el Hotel María Cristina es el más lujoso del País Vasco. De hecho, hace unos días escribía en un diario guipuzcoano que es “uno de los pocos reductos de la excelencia aún hoy, donde la moda y los complementos de primer nivel están presentes, con las vitrinas de Goyard y Rolex, entre otras”. Y lo dice un bilbaino, en este caso un día humilde, apasionado por The Luxury Collection, selecto grupo de hoteles al que pertenece, y entre los que se engloban otros grandes como el Palazzo Gritti de Venecia o el Prince de Galles de París, ambos igualmente renovados, y que también he tenido el placer de visitar.
Mientras esperamos que algún día vea la luz en el María Cristina la suite Balenciaga, a la altura del hotel, la más espectacular y grande es la Bette Davis, en homenaje a la actriz que pernoctara aquí en 1989, para recoger el Premio Donostia, el mayor galardón, y donde se tomó su última fotografía en vida. Para prolongar aquella atmósfera que desprendía la diva cinematográfica, se ha de descender al Bar Dry San Sebastián, donde aquella última fotografía en blanco y negro preside la carta de cócteles; y al que dedicamos un artículo el pasado año (pinchar aquí). En estos días de Festival de Cine es, como el conjunto del establecimiento, uno de los puntos neurálgicos, en el que veremos a algunas de las actrices y actores invitados.
Más de ciento treinta habitaciones, repletas de detalles y un diseño de lo más acogedor, donde el gris es el predominante. Un lujo envolvente, nada recargado y mucho menos ostentoso. Aquí no hay piscina, sino varias playas, la más cercana, la de la Zurriola, que domina el Kursaal. Y como están en el País Vasco, el buen comer es uno de los mayores atractivos. Y sin salir del hotel. Hasta el 14 de octubre, disponemos del restaurante de verano Ezcaray by Francis Paniego (3 estrellas Michelin), toda una experiencia gustativa de inicio a fin, que desde aquí recomendamos encarecidamente.
Rosa Montero le dio el nombre a una de sus novelas Te trataré como a una reina, frase que rescatamos para titular el asunto que hoy nos ocupa, declinándolo en tercera persona del plural: va muy bien con el establecimiento que lleva, además, el nombre de una de ellas, el de quien fuera la esposa de Alfonso XII. Todas las mujeres que frecuentan el establecimiento, se sienten, eso, reinas, por el fabuloso equipo que dirige Ned Capeleris. ¿Y los hombres? ¡Pues también!