Después de la tormenta, aguardando la salvación
“La Franciade” de Philippe Goislard es una obra escrita en francés guiada por la religión y el patriotismo.
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.”. Michel de Montaigne
L de Libros
Desde este pequeño magazine no queremos causar ansiedad, que bastante complicado está siendo gestionar cada bloque de 24 horas en casa como para sumar motivos. Por ello, en esta nueva entrega apostamos por pequeñas joyas. Libritos que no alcanzan las 150 páginas y cuyo formato, además, no es grande. Y si aún así se agobia pensando en que ahora algunos imponemos la obligatoriedad de leer a toda costa, archive esta lista para cuando sea su momento, sí, el de cada lector y lectora que está al otro lado de esta pantalla.
Réquiem por un campesino español, Ramón J. Sender. La edición de Austral suma 146 páginas y de ellas, una parte son la introducción, que siempre se puede saltar. Este libro debería ser de obligada lectura y acercarse a él también los jóvenes y adolescentes.
Recoge un capítulo de la historia de nuestro país y de todo el mundo que no debería caer en el olvido. El aragonés Ramón J. Sender vivió en primera persona las injusticias y convulsiones de su tiempo, y encontró el tono exacto para convertirlo en obra cumbre de la literatura.
Mosén Millán recuerda el nacimiento, la vida y la muerte de Paco. Con una prosa precisa, simple y certera, el lector siente como si estuviera junto a él en la sacristía, esperando para esa misa como recuerdo.
Lo dicho: quien lo leyó, que lo recuperé, y quien no había tenido noticias sobre él, que lo busque y disfrute porque su lectura le llevará no más de una tarde.
Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi Adichie. Random House. Más no puede caber en tan poco espacio, tan solo 54 páginas. Si alguien se resiste a leer puede ver la Ted Talk que dio origen a este librito.
Aunque si se pasan a lo audiovisual, se perderán la oportunidad de subrayar y reflexionar sobre casi cada sentencia de esta gran mujer. Éste es un librito para llevar en el bolso y tener en la mesilla de noche.
Hoy nos quedamos con un título breve, pero no olviden el nombre de la autora, por muy difícil que resulte al principio, porque sus novelas son asimismo esenciales. Como buenos lectores deberíamos girar la mirada hacia otras narrativas y otras realidades sociales.
Biografía del silencio, Pablo d’Ors. De la Biblioteca de ensayo de Siruela nos gustaría tener la colección completa, pero iniciarla con este titulito es acierto seguro. 110 páginas para paladear palabra a palabra. Y cuando se haya terminado, volver a cada capítulo.
Es de esos libros que pueden abrirse al azar y consigue, no por arte de magia y sí por su calidad, transmitir calma. Y ahora, la necesitamos más que nunca. Meditemos, hablemos pero también guardemos silencio. Cerremos los ojos. Descansemos de tanto ruido…
La medida de mi madre, Begoña Abad. Olifante. 81 páginas de belleza y sentimiento. La poesía, además, permite la libertad de leer de manera anárquica, sin tener que empezar y terminar según lo establecido. Si bien una vez que se tiene la suerte de abrir un poemario de Begoña Abad, con quien charlamos en este medio hace algún tiempo y cuyo texto compartimos aquí, la necesidad de volver a ella es precisa.
Porque en esta situación anómala, muchos nos acordamos más que nunca de nuestros seres queridos, de ellos y de ellas, de nuestras madres, por eso, este poemario cobra más relevancia si cabe.
No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.