Hulla, el manillar de madera que protege los bosques
Su exposición al fuego a partir de una técnica milenaria japonesa le confiere una capa de carbón milimétrica que protege la madera
Menu abrir sidebar“Creo que moriré de poesÃa”.Nicanor Parra
El hedonista elige
Es una de esas boutiques egregias. SÃ, un establecimiento en el que incluso el mobiliario, que guarda y expone las prendas, tiene carácter, destila belleza. Desde 1843, Santa Eulalia es la dirección barcelonesa en la que la palabra lujo cobra todo su sentido. Si alguien no tiene claro el concepto puede invertir apenas unos minutos en recorrer esta tienda. Después, lo entenderá. No nos cabe duda.Â
Ocupa un edificio del Paseo de Gracia, ahora objeto de una remodelación integral, pero la fachada sigue siendo la misma. Es el comercio textil más antiguo de la ciudad y cuenta con auténticos profesionales del arte de vestir y embellecer la presencia de los clientes. Son personas que entienden el significado de atención exquisita, sin manierismo. Que guÃan y convierten en un momento especial el hecho de buscar, elegir y comprar una prenda o un regalo único.
Santa Eulalia, como decimos, tiene en sà mismo estilo y personalidad. Y las marcas que reúne son, sin duda, lo mejor del panorama nacional e internacional tanto para hombre como para mujer.
El artÃfice del nuevo rostro de la emblemática tienda es William Sofield. Se trata del arquitecto especialista en tiendas de moda de alto nivel que ha firmado proyectos para Gucci, Bottega Veneta, Yves Saint Laurent, Boucheron o Tom Ford. La revista Interior Design lo ha descrito como ‘coreógrafo de espacios’. Y él, Sofield, afirma acerca de Santa Eulalia: “La tienda es un refugio del ajetreado ritmo de las calles de Barcelonaâ€. Ciertamente.
Tras la reforma, además, cuenta con un pop-up store, un café y la terraza. El primero es un espacio en blanco, polivalente, que acoge las colaboraciones con célebres firmas internacionales y diseñadores emergentes.
Por ejemplo, la firma francesa de sombreros y tocados Maison Michel, fundada en 1936, relanzada por Laetitia Crahay y actualmente propiedad de Chanel, y cuyas colecciones fotografÃa Karl Lagerfeld.
En cuanto al salón con terraza ajardinada, resulta ideal para desayunar, comer, reunirse y brindar con champagne o tomar el té con pastas. También propone platos ligeros de temporada basados en una cocina mediterránea con toques contemporáneos asà como los afamados macarons Enric Rosich y los chocolates Pancracio. La decoración viene marcada por los carteles de la propia tienda que datan de los años 20 y 30.
Parte del mobiliario ha sido restaurado y proviene de la tienda del Pla de la BoquerÃa, abierta en 1843. Por ejemplo, partes del ascensor de los años 20 -uno de los primeros de Barcelona-, unas sillas y un par de mostradores Art Decó.
Las sillas son las que se utilizaron en el primer desfile de moda en 1926, pionero en Barcelona. Los escaparates de latón provienen de la tienda del Paseo de Gracia, número 60, y la escalera de roble y muchas otras piezas han regresado, tras las obras, a su emplazamiento del número 93 del mismo paseo.
Y asÃ, si Santa Eulalia ya fue, era y ha sido singular, ahora su encanto se ha multiplicado. En cuanto al contenido, son firmas exclusivas, elegantes y vanguardistas. Porque desde la tienda gozan de una mirada fresca y moderna, y a través de ella seleccionan a los diseñadores favoritos de la clientela.
Desde Alexander Wang, Alaïa o Balenciaga, para mujer. Y también Isabel Marant, Etro o Lanvin, tan solo por citar algunas. Para caballero, Dsquared2, Avellaneda, Acne Studios o Etro. Y la sastrerÃa, otro capÃtulo fundamental en esta historia. El equipo está formado por Marc Munill, Jari Mäkelä y Raúl Perera, asà como por el experto en camiserÃa a medida Eusebio Salvador.
Se trata de uno de los talleres artesanos más prestigiosos. Desde la boutique aseguran que es un arte, una manera de plasmar la personalidad y el carácter en el tejido y en el corte. Un traje puede exigir hasta 42 horas de confección, siendo el resultado del trabajo de siete personas, que pretende transmitir sensaciones, valores y emociones.
La sastrerÃa y casi hasta el último detalle, por ejemplo, un broche para la solapa del abrigo, parece alcanzar la categorÃa de arte en este bello refugio del ajetreado ritmo de las calles de Barcelona. Su nombre no es otro que Santa Eulalia.
Love it. I want to go shopping there and have the tea with my friend.